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Después de una coloscopia, solo se pueden comer determinados alimentos. Antes de la prueba tampoco se puede comer de todo, tal y como le habrá indicado el médico. Pero, ¿qué pasa después, una vez finalizada la prueba? Le explicamos si puede volver a comer todo lo que le apetezca o no.
Coloscopia: qué alimentos son buenos y cuáles no después
Si el médico no le da otras indicaciones después de una coloscopia, puede comer lo que le apetezca después de la prueba. Sin embargo, al principio es mejor que se modere un poco.
- Antes de una colonoscopia, se le administrará un laxante. Por lo tanto, no es aconsejable empezar con un plato de cerdo frito o productos precocinados muy procesados. Es mejor optar por alimentos menos grasos y fáciles de digerir. También debe evitar el alcohol.
- Además, durante una colonoscopia se insufla aire o dióxido de carbono en el intestino para que las paredes intestinales se expandan y sean fácilmente visibles. Es muy probable que después de la prueba tenga flatulencia. Los alimentos que producen flatulencia, como las cebollas, las legumbres y las judías, la intensificarían y podrían provocar dolor abdominal.
- Es importante beber mucho después de una colonoscopia. La evacuación intestinal completa le habrá hecho perder líquidos, que debe reponer. Lo mejor son las infusiones, el agua sin gas y los zumos sin acidez, como los zumos de verduras.
- La purga ha afectado a la flora intestinal sana. Para restablecerla, lo más adecuado es el yogur natural sin azúcar ni frutas añadidas. Pero también otros alimentos probióticos como el kéfir, el ayran o el chucrut favorecen la flora intestinal.
- Para compensar la pérdida de sal causada por la purga, no olvide añadir sal y especias. Prepárese una sopa bien condimentada o tome un vaso de ayran para matar dos pájaros de un tiro. Las soluciones electrolíticas especiales también son una opción.
Estos alimentos son especialmente adecuados después de una colonoscopia
Hemos recopilado algunos alimentos que sacian el hambre después de una colonoscopia:
- Lo ideal es una sopa, por ejemplo, un caldo de verduras. Aporta líquidos, vitaminas, sales y, además, sacia. No deben contener legumbres, ya que provocan flatulencia. No tiene por qué renunciar por completo a los acompañamientos: unos fideos en el caldo aportan carbohidratos. Si añade un poco de pollo magro, le dará energía y más sabor.
- Si le apetece algo dulce, un pudín o unas gachas de sémola son perfectos para calmar el hambre. Un yogur endulzado con un poco de mermelada o miel también le sentará bien al intestino.
- Si todo esto le parece poco sustancioso, nada impide que se tome una rebanada de pan con embutido magro o queso desnatado. No abuse de la mantequilla, ya que el exceso de grasa dificulta el tránsito intestinal.
- Debe ser prudente con la elección de los alimentos hasta que su digestión se haya normalizado y tenga un tránsito intestinal normal. Entonces podrá volver a comer lo que le apetezca.