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Normalmente, los oídos se limpian solos, sobre todo con la ayuda del cerumen. Sin embargo, si este obstruye el oído o es claramente visible, puede eliminarlo usted mismo.
Por qué no siempre es recomendable limpiarse los oídos
Si alguna vez ha acudido al otorrinolaringólogo, es posible que le hayan criticado por limpiarse demasiado los oídos. El cerumen no es suciedad, sino un mecanismo de protección natural del cuerpo.
- Mantiene húmedo el conducto auditivo, protege contra bacterias, hongos y polvo, y transporta las células muertas de la piel hacia el exterior. En la mayoría de los casos, los oídos se limpian por sí solos, sobre todo con los movimientos de masticación y de la mandíbula.
- Sin embargo, a veces también puede ayudar y eliminar el cerumen. Si le molesta, puede limpiar suavemente el pabellón auricular desde el exterior.
- Actualmente, se considera absolutamente prohibido el uso de bastoncillos de algodón, que no deben introducirse en los oídos bajo ningún concepto: en lugar de eliminar la cera, suelen empujarla más profundamente en el conducto auditivo.
- Esto puede provocar un tapón duro e inflamaciones que afectan a la audición o incluso dañar el tímpano.
- Las obstrucciones persistentes deben ser eliminadas por un otorrinolaringólogo, ya que dispone de los instrumentos adecuados para tratarlas correctamente.
Limpiar correctamente los oídos y evitar errores típicos
Si desea limpiar el oído a fondo, no lo haga en el conducto auditivo, sino desde el exterior.
- Utilice un paño húmedo y suave para limpiar con cuidado el pabellón auditivo externo y la entrada del conducto auditivo.
- Los sprays especiales para el cuidado de los oídos con agua de mar o aceites nutritivos pueden eliminar el exceso de cerumen. Busque productos que sean explícitamente adecuados para su uso en el conducto auditivo.
- A menudo basta con que entre un poco de agua en el oído al ducharse. Esto elimina de forma natural el cerumen disuelto. A continuación, seque los oídos con cuidado.
- En Internet encontrará muchos otros consejos para limpiar los oídos. Sin embargo, a menudo no solo son inútiles, sino también bastante peligrosos: con las velas para limpiar los oídos, por ejemplo, se corre el riesgo de sufrir quemaduras, lesiones en los oídos y obstrucciones por restos de cera.
- Los objetos punzantes, como horquillas, clips o similares, tampoco deben introducirse en el oído. Pueden dañar el tímpano o provocar infecciones.
- Tampoco debe introducir en el oído remedios caseros como aceite de oliva o jugo de cebolla sin consultar antes con un médico. Pueden provocar irritaciones e incluso agravar el problema.
- Si tiene molestias, es mejor que renuncie al automedicamiento y acuda a un otorrinolaringólogo.
- Esto se aplica al dolor de oídos, picor persistente, secreción del oído, sensación de presión o pérdida de audición, así como mareos. Si tiene la sensación de que un tapón de cerumen le impide oír bien, acuda a un profesional para que se lo retire.