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Tanto HTTP como HTTPS aparecen en la barra de direcciones de su navegador, pero muy pocos saben cuál es la diferencia. Se lo explicamos.
HTTP y HTTPS: esta es la diferencia
Internet se basa en el intercambio de datos, y para eso sirven HTTP y HTTPS. Ambos protocolos regulan cómo su navegador se comunica con un sitio web. Pero mientras que HTTP es el antepaso sin cifrar de la web, HTTPS es sinónimo de una conexión moderna y segura.
- El protocolo de transferencia de hipertexto, HTTP, se utiliza para cargar sitios web desde el servidor a su navegador web. El problema: la conexión no está cifrada. Todos los datos, ya sean términos de búsqueda, contraseñas o datos introducidos en formularios, se transmiten en texto sin cifrar.
- Los riesgos concretos del HTTP son la interceptación de datos (sniffing) en redes wifi públicas, los ataques man-in-the-middle, en los que un atacante se interpone entre usted y el sitio web y manipula o copia datos, así como el secuestro de sesiones: en sesiones no cifradas, los atacantes pueden robar cookies de sesión y suplantar su identidad.
- HTTPS (HyperText Transfer Protocol Secure) es la variante segura de HTTP. Utiliza el cifrado SSL/TLS para proteger la transmisión de datos. La «S» significa «Secure» (seguro).
- HTTPS es hoy en día el estándar para prácticamente todos los sitios web profesionales. El protocolo HTTPS es compatible con todos los navegadores, por lo que es una tecnología de seguridad que no requiere instalación adicional.
- Una página HTTPS se reconoce por la presencia de dicha inscripción en la barra de direcciones del navegador y por el símbolo del candado cerrado (véase la imagen).
Cómo funciona técnicamente el HTTPS
Así funciona el estándar de las páginas web:
- Cifrado (SSL/TLS): al establecer la conexión HTTPS, primero se realiza un protocolo de enlace TLS. En él, el navegador y el servidor acuerdan un método seguro para cifrar los datos. A continuación, los contenidos se transmiten de forma que nadie pueda leerlos ni modificarlos.
- Autenticación: El servidor obtiene un certificado SSL/TLS de una autoridad de certificación fiable (por ejemplo, Let’s Encrypt o DigiCert). Su navegador comprueba si este certificado es auténtico, lo que garantiza que realmente está conectado al sitio web deseado y no a un servidor fraudulento.
- Integridad: HTTPS impide que el contenido se modifique durante la transmisión. Gracias a las llamadas sumas de comprobación (funciones hash), el navegador puede detectar si los datos han sido manipulados. De este modo, la información transmitida llega sin modificaciones.