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Si su gata vuelve a estar en celo a pesar de estar esterilizada, aunque sea algo poco habitual, puede ser síntoma del síndrome de ovario residual. Esto puede deberse a un error durante la operación o a una complicación.
Gata en celo a pesar de la esterilización: el síndrome de ovario residual puede ser la causa
Para evitar un embarazo no deseado en la gata, esta debe ser esterilizada a tiempo, cuando alcance la madurez sexual. La intervención también reduce el celo de la gata, el comportamiento con el que los animales indican su disposición para aparearse.
- Sin embargo, a veces puede ocurrir que, a pesar de la esterilización, una gata vuelva a mostrar los signos típicos del celo: se revuelca por el suelo, maúlla fuerte, levanta el trasero y, en algunos casos, marca objetos.
- La causa puede ser el síndrome de ovario residual. Esto significa que durante la esterilización se ligaron incorrectamente los ovarios o quedaron restos de tejido ovárico porque no se extirparon por completo. También es posible que durante la esterilización haya entrado tejido ovárico en la cavidad abdominal de la gata.
- Estos restos de ovarios hacen que el ciclo de la gata pueda continuar y que entre en celo.
- En algunos casos, el síndrome de ovario residual aparece pocas semanas después de la esterilización, pero en la mayoría de los casos los síntomas del celo en la gata no reaparecen hasta pasados dos o cuatro años.
- Aparte del síndrome de ovario residual, las cremas hormonales, un trastorno del comportamiento o un tumor de la glándula suprarrenal también pueden ser la causa de que una gata esterilizada se comporte como si estuviera en celo.
Qué puede hacer si la gata está en celo a pesar de estar esterilizada
Si observa en su gata comportamientos típicos que indican que está en celo a pesar de haber sido esterilizada, debe acudir al veterinario.
- El veterinario puede determinar, mediante una medición hormonal, un frotis vaginal o una ecografía, si han quedado restos de ovarios en la cavidad abdominal de la gata tras la esterilización y si estos muestran actividad hormonal.
- Un análisis de orina también puede ser revelador. Esta contiene la hormona antimülleriana (AMH) y, en gatos esterilizados, su valor es inferior a 0,1 ng/ml, mientras que en gatos no esterilizados el valor de AMH es superior a 2,0 ng/ml.
- Si el médico determina que aún hay tejido ovárico, este puede eliminarse mediante una nueva operación. Este es un paso importante para prevenir la inflamación del útero y la formación de tumores.
- También existe la posibilidad de recurrir a la terapia farmacológica. En este caso, se administran al gato preparados de progestágeno, que, sin embargo, pueden tener efectos secundarios como la formación de tumores, cambios de carácter o aumento de peso.
