El término «asexual» puede resultar difícil de entender, sobre todo porque no se trata de una categoría claramente definida, sino de un espectro. La asexualidad no es sinónimo de abstinencia o insensibilidad, sino que describe una orientación sexual reconocida.
Asexual: lo que realmente significa la definición
La asexualidad se refiere a la ausencia persistente o permanente de atracción sexual hacia otras personas. Esto no significa necesariamente que las personas asexuales no tengan relaciones sexuales o no mantengan relaciones, sino que no sienten o rara vez sienten deseo sexual hacia otras personas. La asexualidad abarca un amplio espectro que incluye diferentes experiencias y sensaciones. Las subcategorías más frecuentes son:
- Demisexualidad: solo se siente atracción sexual cuando existe un vínculo emocional profundo con otra persona.
- Graysexualidad (asexualidad gris): la atracción sexual solo se experimenta en raras ocasiones o en condiciones muy específicas.
- Asexuales con una actitud positiva hacia el sexo: algunas personas asexuales no sienten atracción sexual, pero tienen una actitud positiva o neutra hacia el sexo y pueden practicarlo ocasionalmente por otras razones.
- Aromántico: Independientemente de las sensaciones sexuales, el aromántico describe la ausencia de atracción romántica; no es una subcategoría de la asexualidad, pero puede coexistir con ella. La orientación romántica y la orientación sexual son niveles diferentes. Una persona asexual puede, por ejemplo, ser heteroromántica, homoromántica o aromántica.
- La asexualidad forma parte del espectro LGBTQIA+ y representa la «A» de la sigla, junto con otras identidades como lesbiana, gay, bisexual, trans, queer e intersexual. Es una orientación sexual legítima y no es un trastorno ni una enfermedad. Se estima que alrededor del 1 % de la población podría ser asexual.
La asexualidad no implica automáticamente la abstinencia
Un error muy extendido es pensar que las personas asexuales no tienen relaciones sexuales. De hecho, hay muchas razones por las que una persona asexual podría tener relaciones sexuales, incluso si no siente (o apenas siente) atracción sexual:
- Deseo de tener hijos y planificación familiar: algunas personas asexuales deciden tener relaciones sexuales a pesar de la falta de atracción sexual, por ejemplo, en el contexto de la planificación familiar para tener hijos. Una aplicación para controlar el ciclo menstrual podría ayudar a cumplir el deseo de tener hijos, ya que permite supervisar el ciclo.
- Afecto o intimidad en la pareja: para las personas asexuales, el sexo también puede ser una forma de expresar afecto e intimidad en la pareja, independientemente de su propia atracción sexual.
- Deseo de hacer algo bueno por la pareja: algunas personas asexuales tienen relaciones sexuales para hacer algo bueno por su pareja y tener en cuenta las necesidades de la otra persona en una relación amorosa.
- La asexualidad describe la ausencia de atracción sexual, no necesariamente el comportamiento o la práctica. Algunas personas viven en abstinencia, otras no. Lo importante es que cada persona decida libremente y según su bienestar hasta dónde quiere llegar sexualmente.
Asexualidad: no debe confundirse con la abstinencia o el celibato
La asexualidad no es una decisión consciente, sino una identidad sexual. Ahí radica la diferencia con el celibato o la abstinencia sexual.
- Abstinencia sexual: La abstinencia sexual es la renuncia voluntaria a las relaciones sexuales, independientemente de la atracción que se sienta.
- Celibato: El celibato es la renuncia permanente a la sexualidad por motivos religiosos.
- Las personas asexuales no eligen su orientación, simplemente la experimentan. Por lo tanto, no se trata de un comportamiento temporal, sino de una parte de su identidad.
Relaciones sociales y prejuicios
A pesar de su creciente visibilidad en los medios de comunicación y las comunidades, la asexualidad sigue siendo a menudo malinterpretada, o incluso patologizada. Las comunidades significan intercambio comunitario, apoyo mutuo y la sensación de no estar solo con tus propias experiencias. Los prejuicios más comunes a los que se enfrentan las personas asexuales son, por ejemplo:
- Algunas personas asexuales experimentan presión social para «tener» relaciones sexuales. Por ejemplo, la presión surge en las relaciones románticas, a través de las imágenes de los medios de comunicación, las expectativas sociales o los comentarios del entorno social, como: «Es que aún no has encontrado a la persona adecuada» o «El sexo es parte de la vida».
- A veces se enfrentan a la insinuación de que están «trastornados» o «reprimidos».
- En ocasiones, incluso se les recomienda acudir a terapia o tomar medicamentos, aunque no existe ninguna necesidad médica.
- La asexualidad no es una enfermedad y no requiere tratamiento. Es tan natural como otras orientaciones sexuales.
- Visibilidad y ofertas comunitarias: En los últimos años se han creado numerosas redes, organizaciones y foros en línea en los que se conectan personas asexuales. Plataformas como AVEN (Asexual Visibility and Education Network) ofrecen un espacio para el intercambio. La asexualidad también está ganando visibilidad en el movimiento LGBTQIA+ gracias a la bandera del orgullo negro, gris, blanco y morado, que simboliza el espectro asexual.